Por Carlos A. Ricciardelli
Mariela
Las ventanas permanecen cerradas sobre los ecos tardíos del año nuevo
Y Mariela inicia al fin la última etapa de su infinita resistencia
Acomoda sus papeles sus libros y apuntes viejos de un sueño
(otro más)
quebrado
A lo lejos se escuchan estampidos secos como las hojas en otoño
Y Mariela continúa al fin la última etapa de su infinita resistencia
Acomoda (ahora en este instante) algunas fotos y pequeños objetos
un corcho una lata de cerveza holandesa postales de cuadros
servilletas dibujadas
dos lapiceras
un lápiz
una goma
acomoda ya su última torre
y se sienta a esperar en el centro de su atalaya
el fuego nace en la cocina
y una brisa oscura agita los plátanos de la casa.
enero de 2008
Las ventanas permanecen cerradas sobre los ecos tardíos del año nuevo
Y Mariela inicia al fin la última etapa de su infinita resistencia
Acomoda sus papeles sus libros y apuntes viejos de un sueño
(otro más)
quebrado
A lo lejos se escuchan estampidos secos como las hojas en otoño
Y Mariela continúa al fin la última etapa de su infinita resistencia
Acomoda (ahora en este instante) algunas fotos y pequeños objetos
un corcho una lata de cerveza holandesa postales de cuadros
servilletas dibujadas
dos lapiceras
un lápiz
una goma
acomoda ya su última torre
y se sienta a esperar en el centro de su atalaya
el fuego nace en la cocina
y una brisa oscura agita los plátanos de la casa.
enero de 2008